¿ UNA RELACIÓN
POSIBLE?
Hablando de sujetos e
instituciones
A través del tiempo se han ido modificando los
alcances del término institución: no
solo se trata de un edificio sino de una red simbólica, y ya no resulta útil entonces pensar a la institución
como un objeto totalmente externo al sujeto.
Propongo pensar un cruce entre aquella lejana teoría
de Elliot Jaques que planteaba que ¨las
instituciones son utilizadas por los miembros individuales para reforzar sus
personales mecanismos de defensa
contra la ansiedad¨ . y la de René Kaes que plantea que ¨la
institución nos precede, nos sitúa y nos inscribe en sus vínculos y sus
discursos.... hemos tenido que admitir que la vida psíquica no está centrada
exclusivamente en un inconsciente personal, sino que una parte de él mismo, que
lo afecta en su identidad y que compone su inconsciente, no le pertenece en
propiedad sino a las instituciones en que él se apuntala y que se sostiene por
ese apuntalamiento¨
Estamos
hablando de la institución como productora de subjetividad.
El cruce
que propongo es que en ambos casos se apunta a la identidad del sujeto pero la
gran diferencia es que ya no es una relación de máxima exterioridad sino de una
interioridad – exterioridad, una cinta de Moebius. El movimiento va
significando el modo en que la subjetividad participa de la producción social y
ésta a su vez es coproductora de subjetividad.
La
institución es una formación social. Se sitúa en la interacción del adentro y
del afuera. Ejerce una pluralidad de funciones. Por lo tanto es potencialmente
una instancia de articulación de niveles y formaciones psíquicas heterogéneas
René Kaes denomina al vínculo que se establece entre
sujeto e institución vinculo instituído y lo define así: “ Vínculo
que se determina por efecto de una doble conjunción: la del deseo de sus
sujetos de inscribir un vínculo en una duración y en una cierta estabilidad y
la de las formas sociales que de diversas maneras reconocen y sostienen la
institución de este vínculo.”
Volviendo
a Winicott
Este modo
de conceptualizar a la institución permite pensar a la misma reproduciendo los
distintos avatares que puede sufrir el espacio
transicional. Dicho espacio
transicional puede estar afectado por la
lógica de la sobre – implicación institucional, por la libertad para desarrollar proyectos
propios en su seno o instalarse allí una dialéctica al modo del amo y los
esclavos.
Así, la institución en su función de apoyatura
puede dar lugar a un sujeto creativo,
lúdico donde la institución y el
sujeto son vasos comunicantes de una estructura que los excede y que a su vez
ellos soportan o, puede dar lugar a un
sujeto aprisionado, al estilo de la encerrona trágica de Ulloa, donde no
hay allí “tercero de apelación”, quedando el sujeto a merced de la institución.
Podemos
pensar aquí en ciertos agrupamientos que con el fin de descartar el
peligro del análisis colectivo de la implicación, optan por la sobreimplicación de los miembros, (nosotros
somos la institución) y así el material
humano se torna más manejable (los
grupos fundamentalistas por ejemplo)
D.Winicott
en su libro “Realidad y Juego” propone
pensar a los fenómenos transicionales, como zonas intermedias de experiencia,
territorio intermedio entre la realidad psíquica interna y el mundo exterior. A
su vez denomina a este espacio como zona de alivio de la tensión en esta
dialéctica mundo interno – mundo externo y pone como ejemplo las artes, la
religión, la creación
En este sentido, este alivio winnicottiano se podría
decir que está emparentado con el efecto que produciría la participación en una
institución según la concibe Jacques, en la medida en que estas protegen contra
la ansiedad.
Cuando
Winicott habla de objetos y de fenómenos transicionales él pone el acento no
tanto en el objeto usado sino en el uso del objeto. En este sentido podemos decir que dependerá de qué uso hace del objeto
institución el sujeto para ver qué modalidad vincular tiene.
Para
pensar la modalidad vincular que se da entre estos dos términos (sujeto e
institución), me interesa retomar los
viejos conceptos de institución abierta o institución total.
Institución
abierta sería aquella cuya exigencia para pertenecer abarca un sector de la
vida de los sujetos e Institución total
aquella otra que exige o genera una adhesión total, independientemente
de si el sujeto permanece allí las 24 horas de los 365 días del año o no.
Se trata
de distinguir la modalidad de
pertenencia que los sujetos establecen con la institución.
A veces no
son necesarias las prisiones o los
hospicios porque las instituciones nos
recluyen de lunes a viernes 8 horas por día.
¨Una misma institución puede resultar total
para alguien en el sentido de ser el centro organizador de su vida, mientras
que para otro funciona como una institución abierta. Esto puede verse en que si
alguno se acerca a una institución con expectativas de ser provisto de una
identidad prestada o si la institución representa un instrumento relativamente
circunstancial¨
Mucho sujeto, mucha institución y
los grupos?
Gregorio
Kaminsky escribió hace ya un tiempo que: “ Las instituciones tienen ojos. Los ojos institucionales son los grupos.
A través de ellos es posible entender a los que son objeto de ella y a los que
son sujetos de la misma”
Lo que efectivamente existe son los espacios de condensación de lo subjetivo
y lo social : grupos e instituciones.
Si la institución es un proceso en movimiento, son
los grupos quienes pondrán en juego este movimiento. Hablar de las
instituciones es hablar también de los grupos.
En este
sentido creo que es posible pensar en
términos de institución objeto e
institución sujeto .Encontramos aquellas instituciones que son solo reproductoras, más de lo mismo y
aquellas que pueden constituir su identidad
singular. Muchas veces entre las primeras encontramos las grandes
dificultades que presentan en algún momento de su historia las empresas
familiares por ejemplo cuando hay un traspaso generacional. Suele ocurrir que
no pueden terminar de apropiarse de un proyecto propio sin sentir que se está
traicionando a su fundador y sus deseos.
Tutoreando
una pasantía en un colegio grande de Capital Federal pudimos observar cómo
frente a las preguntas de Cómo ven la escuela hoy? Y qué les preocupa, sólo
había referencias al pasado. Este pasado aún no ha sido historizado sino que es un interlocutor al que se añora o
desprestigia pero que no ha podido hacer marca.
La cultura institucional
caracteriza y justifica el ser y el hacer cotidiano de una institución. Esta
cultura se vuelve observable a través de los mitos, leyendas, objetos, normas y
símbolos producidos por la institución. En la medida en que sólo se busque
reconstruir una versión ya vivida de la historia, se vuelve imposible
apropiarse de los múltiples atravesamientos que dan cuenta de ella. El mandato
del fundador, como prescripción
inapelable, no deja lugar al surgimiento de los movimientos instituyentes y a
la novedad.
Otras
instituciones son aquellas que pueden albergar la novedad sin sentir que
pierden su identidad. Hay allí un lugar para lo instituyente y para que la
tensión estructural instituído- instituyente pueda seguir produciendo efectos.
Coincido
con las autoras de un libro que
recientemente tuve en mis manos ¨Dónde
está la escuela? Ensayos sobre la gestión institucional en tiempos de
turbulencia¨ cuando plantean diferenciar la novedad de la innovación. Ellas
dicen: “ Nos encontramos a la innovación como imperativo. Podemos inundar a la
escuela de innovaciones y sin embargo ahogar
la
“ novedad” entendida como algo de otro orden que
viene a transformar matrices de pensamiento y acción ¨En el imperativo de la
novedad el pasado no se ofrece como anclaje para la ruptura sino que solo es “ viejo” “ Es interesante porque desde esta perspectiva
no hay una apuesta al devenir sino que
se trata de convertir lo pasado en “ deshecho”
El malestar de la cultura – La
cultura del malestar
Freud plantea una paradoja inherente a la cultura.
La misma produce sufrimiento pero a su
vez es dadora de los recursos con los cuales los sujetos humanos nos defendemos
de estos sufrimientos.
La
institución como formación de la sociedad y de la cultura también es fuente de
sufrimiento pero condición de identidad. Allí se instala un contrato entre lo
que el sujeto cede y lo que la institución le da.
Sujeto e
institución en una relación paradojal planteada por una búsqueda de autonomía y
una necesidad de independencia.
Qué pasa
cuando la institución no sostiene esta relación paradojal que todo sujeto
establece con ella ? Qué pasa cuando esta tensión estructurante entre la
búsqueda de autonomía y la necesidad de dependencia no tiene lugar para
desplegarse? En nombre de qué se hacen renuncias pulsionales en una
institución? En nombre de que encontrar allí otros con los cuales compartir una
tarea, encontrar representaciones comunes y matrices identificatorias.
Cuando
algo de este pacto se diluye, pueden aparecer dos tipos de respuestas: la violencia o la fragilización yoica
No poder
garantizar la posibilidad de desplegar la propia palabra , puede engendrar violencia.
Violencia como respuesta a la ruptura del pacto
inconsciente. ¨Cuando la institución no
sostiene más el narcisismo de sus sujetos, la institución es atacada a su vez “
Violencia
que responde a la violencia institucional
Violencia
institucional que he dado en llamar “en exceso” para diferenciarla de la
violencia estructurante, la que subjetiviza, la que nos permite nacer a la vida
psíquica.
Es la
violencia necesaria y fundante de la subjetividad, porque recorta de todas las
posibles subjetividades, una.
Nuestra
prematuración le exige al entorno esta violencia. La necesitamos para poder
entrar en el circuito del deseo y no ser un mero objeto inerte ante los ojos de
los otros.
Nacer no
es garantía de constituirnos en sujetos. Necesitamos de la mirada y la
presencia del otro.
Tener un
proyecto anticipatorio en relación al otro es poner en movimiento una violencia
pero necesaria y estructurante, es lo que le sucede a los padres con su hijo, a
un profesor con su alumno.
Cuándo comienza la vida de un niño? Generalmente en
la trama simbólica que entre palabras, sueños y promesas tejieron sus padres
mucho antes de engendrarlo.
Luego el
niño irá creciendo, irá confirmando o no su coincidencia con aquellos que el
discurso anticipatorio le ha propuesto y pondrá en juego sus propias
expectativas con respecto al lugar asignado
Pero
también está la violencia “en exceso”, que es la que nos niega como sujetos, la
del maltrato.
Este
exceso se manifiesta en dolor, abuso, impotencia y constituye una “encerrona
trágica”
“Se da cada vez que alguien para amar, divertirse,
trabajar, estudiar, transcurrir su vejez, depende de alguien que lo maltrata o
simplemente lo distrata, negándolo como sujeto”. (Ulloa La Novela Clínica
Psicoanalítica)
También es
“el malestar sobrante”de Silvia Bleichmar que lo define así: “Esa cuota de malestar extra que nos vemos
obligados a pagar en ciertos casos, más allá de las necesarias e
imprescindibles renuncias que toda vida social impone”.
En muchos
casos el trabajo institucional consiste en
ir trabajando con los actores institucionales cómo desde cada
singularidad se puede ir negociando la manera de no someterse y sí de ejecutar
creativamente su tarea.
Esta idea es subsidiaria de un concepto actualmente
muy escuchado en el ámbito de las organizaciones que es la Resiliencia(elasticidad). Este
concepto viene del campo de la física y
apunta a la cualidad que tienen algunos cuerpos de rebotar. Esos cuerpos no se
fragmentan sino que sufren una deformación momentánea, pero luego recuperan su
forma. La intención no es recuperar la misma forma una y otra vez, sino una
forma propia para cada sujeto
La otra forma de respuesta a la ruptura del pacto se
juega al interior del sujeto y su consecuencia es un sujeto fragilizado. Este
es el sujeto de la posmodernidad.
En este
sentido es muy importante la contribución de Robert Castel en tanto él muestra
hoy en día a un individuo fragilizado más que emancipado. Esta celebración de
la independencia del sujeto sólo coincide en parte con la problemática actual.
De alguna manera esta idea de estar liberado de la presión de lo colectivo no
va de la mano de ser propietario de su propia persona. Los soportes laborales- relacionales están
pulverizados. Tomando a Pierre Bourdieu, hay falta de capital pero no sólo
económico sino relacional
Quién dijo que Viva la
diferencia?
Retomando la
idea de pacto inconsciente singular entre el sujeto y la institución, ¿Cómo
entender cierta tendencias homogeneizadoras de las instituciones? ¿Cómo sostener
la consistencia institucional, donde el
discurso de los valores sea coherente con las propias prácticas instituidas si
lo que se ve es un borramiento de lo diferente, de lo heterogéneo?.
Qué lugar hay allí para las diferencias, sin
que esto devenga discriminación?
Qué es lo
que produce violencia? ¿Las diferencias o que se sostenga que hay una sola
diferencia que divide y reina?
Supervisando
una tarea de talleres realizados en una escuela de las llamadas ¨de riesgo¨ se
pudo ver como la intención homogeneizante, barre con las diferencias y le abre
las puertas a la discriminación.
La
dirección de la escuela rotula a todos con un “todos tienen mala conducta”.
La apuesta
allí fue intentar crear dispositivos que permitieran desplegar todas las
diferencias posibles con la intención de mostrar el valor que ellas tienen.
Que las
diferencias enorgullezcan y no que arrasen subjetividades: el bolita, el
paraguayo, el porteño, etc.
A través
de diferentes juegos se fueron tomando diferencias arbitrarias que engloban de
otra manera las diferencias existentes. Así podían quedar en cada grupo niños
que se diferencian por la nacionalidad pero que al mismo tiempo tenían como
condición de pertenencia a un grupo u otro el mes par o impar de nacimiento.
Cuando
desde la lectura institucional se intenta homogeneizar al decir “en esta
escuela SON TODOS....” no se está acaso violentando ese contrato singular que
cada sujeto establece con la institución?
El intento
de homogeneizar es un intento de controlar y aún de controlar la propia
implicación.
Las
instituciones muchas veces intentan sostener la ilusión de la coincidencia
hasta que alguna irrupción viene a desarmar ese supuesto consenso, mostrando
las lógicas diferentes que allí se juegan. Cuando la institución puede albergar
esas heterogeneidades, esas diversidades, se puede desplegar su función
metafórica.
Cómo reestablecer la capacidad metaforizante en una
institución donde se impone una ley única? En este tipo de situaciones nos
cuesta encontrarnos con un sujeto productor y producido del que nos hablara
Enrique Pichón Riviere, sino más bien estamos en presencia de un o varios
sujetos sometidos a otros.
“Cuando los sujetos dejan de ser hacedores y son
sólo hechuras se instaura un malestar
hecho cultura: la cultura de la mortificación. Desaparece la tensión y los
sujetos terminan naturalizando la intimidación. Una comunidad mortificada,
fácil presa de cualquier embaucador y sus falsas promesas “ (F.Ulloa- La novela
clínica psicoanalítica)
Quisiera
terminar con un fragmento de una obra bellísima de la literatura japonesa- (El
elogio de la sombra. Junichiro Tanizaki)donde muestra la lucha entre Oriente
por preservar su modo de hacer las cosas, su apego a las sombras en desmedro
del brillo y la insistencia de Occidente por hacerse presente, con sus brillos
y sus luces. Es similar a la lucha que se establece entre los tiempos y
requerimientos institucionales y los tiempos subjetivos:
“ … Y a lo mejor mucho más tarde, pero siempre a
base de avanzar muy lentamente, nadie nos dice que no hubiéramos inventado
algún día los instrumentos de una civilización avanzada, el equivalente a
nuestros tranvías actuales, nuestros aviones, nuestra radio, los cuales en vez
de ser préstamos ajenos, habrían sido objetos adaptados realmente a nuestras
propias necesidades…”
Bibliografía
- Kaes,
René y otros
(1989) La institución y las instituciones. Estudios psicoanalíticos. Bs. As. Argentina. Editorial Paidos
- Winicott,
Donald(1971):
Realidad y Juego. Editorial Gedisa. Barcelona, España
- Uolloa,
Fernando:
(l995) Novela Clínica Psicoanalitica. Historial de una práctica. Bs. As. Argentina. Editorial Paidós
- Freud,
Sigmund
(l979) Obras Completas XXI – El Malestar en la Cultura- Bs.As. Argentina,
Amorrortu Editores
- Duschatzky,
Silvia y Birgin, Alejandra (compiladoras) (2001) –Dónde está la escuela?
Ensayos sobre la gestión institucional en tiempos de turbulencia – Ed.
FLACSO Manantial
- Kaes, René(1998): Sufrimiento y
psicopatología de los vínculos institucionales . Paidós- Grupos e
Instituciones
- Kaminsky,
Gregorio(1990):
Dispositivos institucionales . Lugar Editorial
- Baraldi,
Clemencia
(1999): Jugar es cosa seria – Homo Sapiens ediciones. Serie Psicoanálisis